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Triaditis felina
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Por: root el 3 de septiembre de 2023

TRIADITIS FELINA

Definición que engloba tres patologías inflamatorias concurrentes que afectan: 

* hígado (colangitis), 

* páncreas (pancreatitis) 

* intestino delgado (enfermedad inflamatoria intestinal o IBD). 

La frecuencia de triaditis en esta especie oscila entre el 32-50% de los gatos diagnosticados de colangitis y enfermedad inflamatoria intestinal. 

Causas de mayor frecuencia 

Uno de los principales factores que predispone a los gatos a la inflamación concomitante de estos tres órganos es la estrecha comunicación anatómica que existe entre hígado,  páncreas y duodeno en esta especie (el conducto biliar y el conducto pancreático se unen en el conducto colédoco antes de desembocar en la papila duodenal). 

Además, otro factor a tener en cuenta es la alta carga bacteriana del duodeno felino, que contiene 100 veces más bacterias que el de la especie canina 

La disposición anatómica de los conductos descritos permite el reflujo de contenido duodenal hacia hígado y páncreas órganos desde un intestino inflamado, siendo ésta una de las teorías que explican el desarrollo de triaditis si bien también puede explicarse por una infección intestinal bacteriana ascendente, o un posible origen inmunomediado 

SÍNTOMAS: 

Diagnóstico y tratamiento 

Los signos clínicos de la triaditis felina pueden ser variables e in específicos, entre ellos los siguientes: 

Anorexia 

Pérdida de peso y masa muscular 

Deshidratación 

Vómitos 

Diarrea 

Hepatomegalia 

Ictericia 

Aumento de tamaño del páncreas 

Engrosamiento de la pared intestinal 

Dolor abdominal 

Ascitis 

Hipertermia o hipotermia 

Shock 

Diagnostico presuntivo. 

La signología puede ser muy in específica o sutil, por lo que es imprescindible la realización de pruebas diagnósticas. 

Un diagnóstico de triaditis requiere siempre confirmar la inflamación en los tres órganos, siendo la biopsia quien aporta el diagnóstico definitivo. 

Exploración general: Puede ser bastante inespecífica y poco relevante en el caso de formas más leves. Analíticas y pruebas específicas: 

Pruebas iniciales: 

Hemograma: anemia no regenerativa leve, neutrofilia.

Bioquímica: 

ALT: elevación variable en función del grado de afectación del hepatocito 

ALP: elevación moderada. 

GGT: elevación mucho mayor que la elevación de ALP (y más temprana) ya que esta enzima es un buen indicador de colestasis 

Bilirrubina: normal o aumentada 

Amilasa y lipasa: poco fiables para el diagnóstico de pancreatitis. 

Urianálisis: descartar otras posibles enfermedades concomitantes y comprobar si existe bilirrubinuria (siempre patológico en gatos) 

Coprológico: descartar huevos de parásitos, Giardia y cultivo. Descartar Trichomonas foetus por PCR. 

Pruebas específicas: 

fPLI: marcador muy preciso y específico de pancreatitis. Disponibles test cuantitativos y semi-cuantitativos. Buena sensibilidad aunque se aconseja contrastar con otras pruebas diagnósticas fTLI: para el diagnóstico de IPE 

Ácido fólico y cobalamina: la malabsorción de estas dos vitaminas se suele dar en casos de EII e IPE, por lo que se aconseja medir los niveles en sangre (en ayunas) 

TP/TTP: los gatos con EH o IPE suelen tener déficit de vitamina K, provocando con ello alteración de los factores de coagulación dependientes de la misma y originando coagulopatías. 

Imagenología: 

Radiografía: permite descartar otros diagnósticos diferenciales (obstrucción, neoplasia, colelitiasis…) 

Ecografía: muy útil pues permite la evaluación de los tres órganos implicados, además de permitir tomar muestras para estudio histológico o citológico. 

EII: engrosamiento de capa muscular del intestino +/- linfadenopatía, con mantenimiento de la arquitectura de la pared intestinal (generalmente). 

Colangitis: hipoecogenicidad difusa del parénquima hepático con engrosamiento de la pared de la vesícula biliar, barro biliar o colelitiasis. Se puede observar dilatación del conducto biliar común en caso de obstrucción biliar extra hepática o de inflamación del árbol biliar. Puede no haber hallazgos. 

Pancreatitis: si es crónica es difícil de identificar mediante ecografía, ya que puede no haber cambios o ser inespecíficos. Los cambios en pancreatitis agudas suelen ser más evidentes (hipoecogénico con hiperecogenicidad de la grasa que lo rodea). 

Citología: Útil para descartar ciertos diagnósticos diferenciales (lipidosis, linfoma) pero no para el diagnóstico de EII, colangitis o pancreatitis. Puede ser aconsejable realizar cultivo de bilis. 

Biopsia: Permite el diagnóstico definitivo de las tres entidades. 

Intestino: patrón inflamatorio linfoplasmocitario generalmente, aunque también puede haber formas granulomatosas o eosinofilicas. 

En caso de etiología infecciosa: infiltrado neutrofílico. 

Hepática: útil para diagnóstico de colangitis. Permite diferenciar, aunque difícilmente, entre forma neutrofilica y linfocítica (porque a veces es mixta) 

Páncreas: no siempre concluyente. El diagnóstico de la triaditis felina se realiza muchas veces por exclusión, por lo que se requiere descartar otras causas de enfermedad gastrointestinal crónica (como, por ejemplo, parasitosis, diarrea que responde al alimento o al antibiótico, infección por protozoos o bacterias, neoplasia, etc.) 

Tratamiento. 

Implica el manejo de las tres patologías al mismo tiempo. 

Normalmente se basa en dos pilares: Tratamiento específico de la triaditis felina: 

Antibióticos: iniciar antes de la llegada del cultivo bacteriano si hay sospechas de infección bacteriana en árbol biliar, páncreas o intestino (por ejemplo: si hay neutrofilia con desviación a la izquierda, fiebre…). 

Como antibióticos recomendados: amoxicilina-clavulánico, fluoroquinolona con metronidazol o cefalosporina. Si se confirma infección se deben mantener mínimo 4 semanas. 

Corticoides: inmunomoduladores; administrar en caso de colangitis linfocítica y enteritis linfoplasmocitaria pero nunca sin haber excluido infección bacteriana y sin haberlo confirmado por histopatología. 

Tratamiento sintomático y de soporte:normalmente se aconseja hospitalización del paciente. 

Este apartado del tratamiento varía en función de las alteraciones que presente cada paciente. 

Analgesia: buprenorfina o fentanilo. 

Fluidoterapia IV: deshidratación, mantenimiento de circulación pancreática y corregir alteraciones electrolíticas. Antieméticos: maropitant. 

Vitamina K1: en caso de trastornos coagulación. 

Ácido ursodeoxicólico: colerético, inmunomodulador y antioxidante. Aumenta el flujo de bilis, cambia la concentración de ácidos biliares a unos menos tóxicos, reduce la inflamación y la fibrosis. 

Cobalamina y/o ácido fólico: en caso de confirmar su déficit 

Anorexia: sonda nasoesofágica y si la anorexia persiste colocar un tubo de esofagostomía. Se utilizarán dietas especiales 

Pronostico: reservado a bueno, aunque normalmente la presentación aguda tiene peor pronóstico y algunos pacientes pueden no responder al tratamiento todo lo bien que se espera. 

Seguimiento.

La pauta de revisiones posterior a la triaditis felina dependerá de cada paciente, al igual que las pruebas que se realicen. Es habitual que haya que repetir la analítica sanguínea en caso de que esta haya presentado alteraciones y/o también la ecografía. En cualquier caso la pauta será dada por el veterinario en función de los síntomas y alteraciones que presente cada paciente.

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